La Confianza

Esta colección ha sido difícil de sacar adelante en general, pero si algo he dejado para el último momento, si algo me ha costado especialmente, ha sido ponerle nombre y escribir este texto. Hace muchos días - semanas, en realidad - que le doy vueltas y no ha sido hasta ahora, a dos días de sacar la colección que me siento delante de una hoja en blanco a ponerle remedio.

Para elegir el nombre de las colecciones y escribir el texto que las acompaña siempre intento volver mentalmente a cómo estaba cuando la diseñaba, qué me movía, qué me pasaba, cómo me sentía. Y ésta no me ha cogido en mi mejor momento personal, por lo que he estado muy bloqueada, me ha costado enormemente todo el proceso y he dudado siempre de todo. La verdad es que la he hecho en automático, como he podido. Me era un poco igual lo que saliera, solo me la quería quitar de encima.

La próxima ya será mejor, me repetía.

Pues eso, volviendo atrás y pensando en cómo me sentía cuando la diseñaba, me venían a la cabeza nombres como La tristeza o La soledad. Hasta hace nada, hubiera elegido uno de estos dos, pero luego me imaginaba escribiendo en las postales un "espero que te guste La soledad" o "disfruta de La tristeza" y, mira, no lo veía.

Dale una vuelta, Bibi.

Estos días, trabajando en ella, la miraba y, con cierta sorpresa, puedo decir que me parece bien bonita. Me parece alegre, fresca, fácil. Apetece. Es muy verano ¿no crees?

Y qué bien. Qué bien que lo que me ha salido en un mal momento, sea esto. Qué bien.

Leí una vez - no sé dónde ni de quién era - una frase que venía a decir que el Universo no deja nunca ninguna de sus criaturas desamparadas. Un poco que el Universo tiene un plan para cada una. Hace años que la leí y he vuelto a ella a menudo todo este tiempo sin terminar de entenderla o sin terminar de creermela o deseando que fuera verdad desde el escepticismo e incluso reprochándole un "¿qué hay de lo mío?".

Que confíe, me dice siempre Rut. ¿Pero que confíe en qué?

Pues creo que lo empiezo a entender, que todo empieza a tener un poco de sentido.

Y confío. Confío en el plan del Universo, en mí, en mi instinto, en mi don, en lo que sea - llámalo como quieras - pero confío.

Y, ahora sí, espero que te guste La confianza.